Se desarrolla en los Barrios de San Francisco Solano, en el partido de Quilmes, Conurbano Bonaerense en la Provincia de Buenos Aires en Argentina.
Existen unas necesidades...
Los niños y jóvenes a quienes quiere apoyar este Proyecto, pertenecen a los barrios de Solano y Malvinas Argentinas, del sur del Gran Buenos Aires y dentro de ellos a zonas carenciadas: asentamientos y villas de emergencia.
En estos lugares la urbanización y servicios son muy precarios. Las viviendas de madera, cartón o chapa, con pisos de tierra o alisados de cemento tienen, en general, muy poco espacio para albergar al numeroso grupo familiar habitante que vive así hacinado sin espacios diferenciados ni elementos de uso propios.
El contexto socio – económico de la zona está marcado por la fragmentación familiar, la falta de perspectivas laborales al presente y al futuro, la campaña inmediatista de los medios de comunicación social, la general resignación de la sociedad a esta situación, la violencia estructural que somete a las personas y les acorta las expectativas de progreso e inserción social.
Es una compleja trama que impide en los niños y jóvenes un desarrollo integral de su persona y una vinculación positiva y transformadora de su entorno vital. Es claramente constatable que dentro del deterioro social evidenciado en estos últimos 15 años, el sector de los niños y sobre todo el sector juvenil ha sido el más afectado.
Los jóvenes de nuestra zona están frecuentemente aislados respecto de los demás estratos sociales y tienen serias dificultades económicas para el acceso a niveles de educación superiores que les permitan integrarse profesionalmente de una manera activa a la construcción de la sociedad. Todo esto favorece una creciente exposición y susceptibilidad a la influencia del grupo de pares del entorno social inmediato.
A raíz de este aislamiento social —y en un contexto de hueco normativo provocado por el deterioro de las instituciones primordiales, la débil y precaria participación en la educación y el trabajo, y el distanciamiento de los modelos de éxito que vinculan esfuerzos y logros -, nuestros adolescentes y jóvenes quedan marginados de otras influencias que pudieran brindarles algún camino para construir una identidad y apuntalar su autoestima y sentido de pertenencia comunitaria. En estas condiciones, éstos tienden a quedar bajo las influencias de las relaciones construidas en la calle o en “la esquina”, con jóvenes que comparten las mismas carencias.
En cuanto a los niños menores de 14 años que cursan la escuela básica, la falta de trabajo y por consiguiente la paupérrima situación económica en que viven, condiciona la vida de estas familias y genera la fractura de las mismas, afectando directa y negativamente en la subjetividad de los niños y por ende en sus aprendizajes.
Como sus padres y madres están abocados a acciones de supervivencia, los niños se ven con frecuencia empujados por necesidad, a realizar actividades de mendicidad o trabajos de cirujeo (recoger por las calles cartones, botellas, papel y todo otro elemento reciclable) a modo de colaboración del grupo, como asimismo a cuidar hermanitos y encargarse de tareas domésticas.
Decimos entonces que mientras en algunos sectores la adolescencia se prolonga, este grupo se ve forzado a alcanzar una pronta adultez.
Son estas condiciones las que provocan alto grado de ausentismo, repitencia, sobreedad y por consiguiente deserción.
Se produce en las escuelas una brecha cultural entre docentes y alumnos.
Mientras la escuela prioriza la verbalización estos niños se comunican con los silencios, los gestos y las escuetas frases de la cultura de la pobreza.
Hay un porcentaje alto de padres analfabetos o semi analfabetos con un nivel muy bajo de estudios por lo que no pueden colaborar con la función educadora de la escuela.
Las familias en su conjunto están muy afectadas por todas estas situaciones descriptas que influyen y a su vez se entrelazan con problemáticas sociales: delincuencia, drogas, alcoholismo, embarazo adolescente, enfermedades sexuales, abandono, niños que viven con otros familiares o vecinos, violencia familiar, relaciones complicadas, que empujan a niños y jóvenes a la calle.
En estas condiciones el futuro de los niños y de los jóvenes es de alto riesgo e incierto y con altas probabilidades de no poder proyectar una historia de vida diferente.
y se quieren alcanzar unas metas...
En relación con los jóvenes
- En la dimensión educativa: se pretende que los/as jóvenes hagan un proceso de formación integral en las dimensiones personal, grupal y social y además adquieran las herramientas didáctico - pedagógicas para el trabajo con los niños y niñas.
- En cuanto a lo económico: brindarles un apoyo financiero a través de una beca mensual que posibilite la continuidad de su educación secundaria o profesional.
- En cuanto a lo social: Despertar su conciencia solidaria y crítica frente a la realidad a través de su compromiso específico con los niños y niñas y lograr un espacio de integración y convivencia donde se generen relaciones grupales de amistad y solidaridad en el que se sientan aceptados y queridos.
En relación con los niños
- En lo educativo: se pretende que desarrollen al máximo sus capacidades, no deserten en el transcurso de sus estudios y puedan alcanzar el nivel correspondiente a su edad, como cualquier otro niño.
- En cuanto a lo económico: partiendo de las carencias alimenticias y dada las dificultades de sus familias, asegurarles un refuerzo alimentario al día.
- En lo social: lograr un espacio de integración y convivencia donde se generen relaciones grupales de amistad y solidaridad en el que se sientan aceptados y queridos. Conseguir de esta manera prevenir el gran riesgo que tienen estos niños de concluir siendo "niños de la calle".
*Fotos realizadas por Patxi Sanchez Dehesa (socio de ANAWIN) en su visita al proyecto CREANDO FUTURO
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